Por: Fernando Hinterholzer Diestel
¿Qué significa gobernar para un
político? Gobernar no es una tarea fácil, aunque se pueda describir con unas
cuántas palabras, se trata de administrar algunos de los recursos de la
sociedad para alcanzar ciertos objetivos. No es mucho más que eso, pero eso es
muchísimo.
Así que gobernar tiene dos partes de
política por una de administración. Obtener recursos es un asunto político,
porque hay que decidir quién aporta qué y cuándo, y lo mismo aplica para la
definición de los objetivos a alcanzar.
Todo el proceso intermedio es un asunto
más bien técnico, aunque nunca escapa por completo de la política.
Un buen gobernante es capaz de generar
la confianza e impulsar con su liderazgo el compromiso de la sociedad para
llevar a la ciudadanía a un mejor nivel de bienestar.
Con programas sociales de avanzada
seguramente se logra ese cometido. La función primordial de un gobierno es
buscar servir de la mejor manera a la sociedad.
Pero un buen gobernante debe tener
ciertas cualidades y habilidades para desempeñarse decorosamente en la función
pública: liderazgo, para movilizar a todos los grupos de la sociedad en
beneficio de todos.
Capacidad administrativa para tomar
decisiones de competencia para el gobierno que tenga impactos positivos en
relación con la sociedad, y Ángel Aguirre las tiene.
Corresponsabilidad de la autoridad con
la sociedad, esta cualidad es quizá una de las más difíciles de llevar a cabo,
por la enorme tentación que tiene el gobernante de realizar acciones para la
sociedad y no exigir de ella nada a cambio.
Dar tranquilidad la entidad, es un compromiso de Aguirre a la sociedad. Y es
que el miedo que alcanzó a la ciudadanía por la guerra contra el crimen
organizado en los tres niveles de gobierno paralizó al ciudadano.
Esperamos que con sus buenos oficios,
con la ayuda del gobierno federal y de expertos con probidad innata, hoy haya
resultados de mejor seguridad.
La seguridad pública, el respeto a las
leyes, el orden y la coexistencia pacífica son la piedra angular de todo estado
de derecho, así lo ha manifestado el gobernador Aguirre.
Cualquier proyecto de gobierno de
carácter social o económico se nulifica con la ausencia de seguridad. La cual
además es la función principal del estado como rector de la sociedad.
Hace unos días, el autoritarismo
príista, esta vez encabezado por el “mafioso” D Manlio Fabio Beltrones crítico
la gestión del Gobernador Aguirre.
La historia comenzó con la autorización
de policías comunitarios en Guerrero por parte del gobernador Aguirre.
Siguió con una crítica general del coordinador
del PRI en el Congreso a todos los gobernadores, en el sentido que si no podían
proveer seguridad a sus gobernados, pues podrían considerar la renuncia.
Aguirre respondió con un conejo de la
chistera que recordaba sutilmente que uno de los mentores de Beltrones fue
Fernando Gutiérrez Barrios, el arquetipo del policía-político, y le recetó el
calificativo de represor.
Beltrones dijo que no sabía si las
declaraciones las había hecho en estado de sobriedad, pero sin acordarse de que
él mismo estuvo involucrado en el asesinato de Luis Donaldo Colosio, dardos
orales que esconden diferendos antiguos.
Aguirre derrotó al pupilo de Beltrones
(Manuel Añorve) en las elecciones del 2011 y esto aunado al saqueo de la
administración municipal añorvista, ha provocado una reedición de la batalla en la lucha por
los espacios del gobierno de Guerrero,
para el 2015.
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