Rogelio Agustín Esteban/SNI
CHILPANCINGO, GRO. Las familias de Gabriel Echeverría de
Jesús y Alexis Herrera Pino solicitaron que los responsables del desalojo del
12 de diciembre no queden sin castigo, al tiempo que reprocharon el abandono en
que se tiene a Edgar Espíritu Olmedo, el joven que quedó lesionado de por vida al sobrevivir a un balazo que le
rozó el pulmón derecho.
La mañana del sábado 8 de diciembre, cientos de
estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa iniciaron una marcha que entró a
la cabecera municipal de Tixtla y llegó hasta la casa de la familia Echeverría
de Jesús.
Los normalistas marcharon llevando una corono de flores y
un retrato de Gabriel al frente.
400 velas y 400 flores, una en cada mano de los
estudiantes, hasta el final del contingente se acomodó parte de la planta
docente y administrativo del plantel.
La población de Tixtla los miró pasar por las calles
principales en silencio, sin manifestaciones de apoyo ni de rechazo, aunque
algunos acompañaban con silbidos el sonido de la banda de guerra que nunca se
cansó de tocar.
Una historia similar se vivió en Atoyac, ya que los
alumnos de cuarto grado marcharon del punto conocido como La Y hacia la casa de
Alexis Herrera Pino, el otro joven abatido a balazos en la entrada sur de la
Autopista del Sol.
Diego Castro, vocero de la sociedad de alumnos, Ricardo
Flores Magón señaló que este es solo el comienzo de los cuatro días en que se
estará reclamando justicia.
El dirigente manifestó que durante los últimos meses, el
golpeteo del gobierno en contra de la Normal Rural ha sido intenso, ya que se
ha llegado a insinuar ante la opinión pública que los jóvenes merecían lo que
les pasó en la carretera.
“Venimos a plantear nuestro temor de que este caso quede
impune, lo que no vamos a permitir, porque la disculpa pública que dio el
Estado en realidad fue una farsa”, manifestó el dirigente estudiantil.
Expuso que en el desalojo el estudiante de tercer grado,
Edgar David Espíritu Olmedo sufrió un balazo que le rozó el pulmón, aunque
sobrevivió tendrá secuelas para toda la vida.
Aunque el gobierno ofreció apoyarlo, hasta el momento la
familia de Edgar está abandonada y el tratamiento lo tiene que absorber con sus
propios medios.
No se vale…
María Amadea de Jesús,
madre de Gabriel Echeverría, sostuvo que es inconcebible que a un año de
distancia, el gobierno sostenga la versión de que todavía no se sabe quienes
accionaron sus armas de cargo para matar a los dos estudiantes.
“Yo solo pido justicia, eso no se hace, porque hay mucha
gente que ha hecho muchos males y no les pasa nada, mi hijo era un estudiante
que pensaba en superarse, no es cierto que como lo dicen; sean rateros o
terroristas”, anotó.
Recordó que Gabriel no tuvo vicios ni era agresivo con
las personas: “nosotros somos humildes, pero sabemos educar a nuestros hijos”.
Los hermanos de Gabriel, señalaron que ellos trabajaban
fuera de Tixtla, entre otras cosas para apoyar sus estudios en la Normal de
Ayotzinapa. Sus esperanzas estaban centradas en que el terminara su carrera y
ya como profesionista aportara más al sustento familiar.
Esa esperanza de futuro quedó tirada en la carretera el
12 de diciembre de 2011 y al día siguiente sepultada en el camposanto de
Tixtla, por eso la familia afectada señala que lo que pasó simplemente no se
vale.
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